domingo, agosto 01, 2004

Qué escribo?

No sé muy bien aquello que quiero escribir en estos renglones, estaba jugando a un extraño solitario chino y escuchando carnaval de fondo, cuando he sentido ganas de escribir algo... pero el qué? Yo me lo pregunto también, insistentemente mientras dejo que mis dedos correteen por el teclado dando la explicación a mi repentina adicción a derramar palabras.
No encuentro motivo, ni tema, ni inspiración a la que aferrarme para ser por unos segundos la Marisa dramática y desgarrada a la hora de escribir, que era hace un tiempo.
Vertía palabras tristes porque sabía que me resultaba tremendamente sencillo conmover a la gente, a través del dolor escupido a la cara, de las palabras manchadas... sí. Será eso, que ahora no me apetece recubrir de sangre el mármol en el que descansan las manos cansadas, ni las piedras que rodean los muros de la soledad ajena y mucho menos de la mía propia. Tampoco quiero la frialdad del metal abriendo heridas en el pecho de la gente, ni la desesperación de la huida mucho más poética que las ganas de sonreír, pero hoy por hoy tremendamente alejada de lo que soy.

31 de Julio de 2004


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