domingo, abril 25, 2004

Gemma

Mi hermana tiene una sonrisa que ilumina la casa.

Mi hermana consigue hacerte reir aunque no quieras hacerlo.

Mi hermana se ha pasado media vida, construyendo sueños en su cabeza.

Mi hermana nunca ha sido valiente.

Mi hermana necesita que la mires y le digas que hace bien, para tomar una decisión.

Mi hermana mañana agarra una maleta y se va a Madrid.

Mi hermana meterá en esa maleta un par de esos sueños, y toda la desilusión que ahora la llena, para intentar sentirse util, autosuficiente,...

Mi hermana ya no tiene ganas de soñar.

Mi hermana ahora necesita sentirse viva, acariciar la suerte entre sus dedos, y que la vida la haga sonreir a ella.

Mi hermana mañana se alejará en el coche, mirando por la ventanilla, su casa, las rosas que enmarcan la verja, su calle, su vida... y se marchará.

Mi hermana ha tomado una decisión sin el asentimiento de nadie.

Mi hermana dejará aparcada la impotencia el tedio y las lágrimas, que la ahogan cada día, y comenzará a andar.

Mi hermana mañana será valiente. Echaré de menos su sonrisa.

Mi hermana mañana, dará una nueva luz a Madrid.





sábado, abril 17, 2004

Canción

Hace un rato, mientras conducía de vuelta a casa... escuché una canción que hacía mucho tiempo que no oía y que en parte creí olvidada.

Cúal era la canción, es lo de menos... lo más importante de la historia es lo facil, que convierto las cosas en recuerdos. Porque esa canción ya era un recuerdo... Probablemente, la canción que ahora estoy escuchando, dentro de un tiempo, será un recuerdo. Y me traerá en un viaje corto de ida y vuelta, a este momento que vivo ahora, en el que esa misma canción es parte importante de mí.

Pero no la otra; la del coche, ya no forma parte de mi vida...

Y la escucho. Ahora incluso la tarareo, con una sonrisa en los labios... pensando en aquel momento en el que esa canción, fue banda sonora de mi vida, fue testigo de alguna que otra estupidez, y de muchos buenos momentos.

Es buen invento esto de la nostalgia.

El tiempo, hace que olvides ciertas cosas que no te gustan del ayer, y te quedes sólo con lo bueno. Eso está bien,... o esta mal, no sé. A veces creo que lo bueno de la memoria, es aprender de lo vivido, pero sin recrearnos en el pasado.

Ahora, cambió la compañía, los sueños, las sonrisas..., cambió el horizonte, la meta..., cambió mi manera de ver el pasado, el presente y el futuro. Por cambiar, cambié hasta yo.

Hoy prefiero otra canción...



jueves, abril 15, 2004

Acaso...

Acaso estoy sola.
Acaso estoy mirando al vacío.
Acaso todo es el reflejo de mis sueños.
Acaso me da miedo asumir mi propia soledad.
Acaso no quiero darme cuenta que no estoy sola.
Acaso no estoy tan sola.
Acaso prefiero pensar que lo estoy.
Acaso me gusta estar sola.
Acaso no sé estarlo.
Acaso no quiero estar sola.
Acaso me da miedo no estarlo.
Acaso el miedo no es a la soledad.
Acaso temo perder a quien me la arranca.
Acaso si no tengo nada que perder no puedo temer perderlo.
Acaso es difícil no querer temer perder, cuando ya se teme.
Acaso me da igual si temo o pierdo.
Acaso ya temo perder lo que quiero.
Acaso a veces no quiero ver que temo, porque así no afirmo que quiero a la persona por quien temo perder lo que aun no reconozco que quiero.
Acaso el miedo a perder es tan solo un sueño.
Acaso el sueño es más grande que el miedo al despertar y no verle.
Acaso sí es un sueño.
Acaso no despierto.
Acaso no le veo.
Acaso no le tengo.
Acaso no es un sueño.
Acaso si le veo.
Acaso no le pierdo.
Acaso ya no temo.
Acaso soy yo la que me pierdo.
Acaso me pierdo por no querer temer.
Acaso ya ni temo ni me pierdo.
Acaso le quiero tanto que ni pierdo ni temo.
Acaso... simplemente le quiero.

10-04-2004

jueves, abril 01, 2004

Instrucciones para llorar

Hoy solo pretendo presentaros un fragmento de la obra de Julio Cortazar, un autor que ultimamente me gusta mucho; me pareció curioso.

Instrucciones para llorar

lágrimaInstrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.


Aunque desdramaticemos una lágrima, siempre nos quedará la esperanza de aferrarnos a la tristeza, la melancolía, ....