martes, diciembre 07, 2010

Algunas veces

"Algunas veces vivo y otras veces
la vida se me va con lo que escribo"
Que se llama soledad
J. Sabina
Algunas veces la voz se rompe y el alma se vuelca detrás de los trozos rotos de mi voz. Y el tiempo que me anuda la lengua a las manos, también se rompe. Deteniéndose, en esquirlas inconexas que me arañan los párpados hasta que la vida se apaga. Otro día. Otra semana. Otro mes.
Y a veces me destrozo la memoria de tanto apretarla contra el pecho, de tanto besar las imágenes que en tonos sepia se alejan, de tanto clavarle las uñas a las voces que hoy no soy capaz de retener.
Y la vida que tanto me dio, y me da... a veces no consigue hacerme sonreir. Me pudro por dentro, sin ganas de mirarme al espejo, sin ganas de buscarme, ni de anidarme, ni de huir.
Hoy sólo se velarme en silencio.

viernes, septiembre 24, 2010

Camino de regreso

Volví, tiñéndome las manos de ausencia de nuevo. Acurrucando los recuerdos contra el pecho mientras repito en voz baja los nombres de las personas que se me caen de los bolsillos. Y ya no me quedan lágrimas que destinar a la distancia, las he ido almacenando en botellas de vidrio azul, para poder bañarme en ellas alguna noche de otoño. Y me siento vieja, cansada, hastiada, desvencijada como uno de los cajones de aquella cómoda, en los que mi abuela guardaba sábanas de hilo bordadas que nunca llegó a utilizar. Volví, y cada paso, cada curva en la carretera se vuelve tibio, me vuelve tibia.
Y sigo repitiendo palabras recortadas de alguna fotografía en blanco y negro.

sábado, julio 17, 2010

Duda

Alguna vez sonreí mirándome hacia dentro, caminando sobre las comisuras de mis labios. Entrando y saliendo de este bucle absurdo en el que nos enreda la vida, los dias, las mañanas oscuras y la lluvia intermitente que mece mis entrañas.
Alguna vez la impaciencia, que siempre se entretuvo en enredarme las manos con el cabello, hizo mella en mis palabras, y tartamudeé al encontrarme. Y la sonrisa caliente, mezquina, tal vez caprichosa me acabó tirando al suelo, donde supe reirme a carcajadas.
Alguna vez supe que la vida no era eso que terminaba cada noche y comenzaba cada día. Descubrí imágenes que llevarme a la boca cada atardecer, sonidos con los que anudar los recuerdos a mis dedos, a mis pestañas, y en los que acentuar las pocas pausas con las que supe vivirme.
Y hoy a punto de volcar la copa, de esparcir el vino, de dejarlo caer por mis muñecas hasta calar mi pecho, me siento tan deshabitada que no sé si necesito escribir o coserme los labios para siempre.

domingo, junio 27, 2010

Noche tibia

No puedo dormir. Páginas de libros devoradas, películas, televisión. Y mil vueltas por las sábanas y por la almohada. Busco tus huellas, tu olor... dentro de unas horas vólvere a sentir tu piel pegada a mi espalda y tus besos en mi nuca. Ya cuento los minutos... otra vez.

sábado, mayo 29, 2010

Soledad

La vi sonrerime cada vez que abría los ojos, y me veía inmensamente pequeña ante esa sonrisa calida y esa mirada que no se apartaba de mi. Le cogí la mano y me la lleve conmigo, para siempre. Hasta siempre.

Y me vi pequeña, sentada en sus piernas sanas. Viendo esa sonrisa cuando la mía era libre y más verdadera. Y recuerdo sus canciones porque no tendré vida para olvidarlas. Y recuerdo su voz porque ahora forma parte de mi.

Contemplando su pelo al trasluz de la ventana. Cantando y contando colores que son distintos desde que ya no está.

Me despedí sabiendo que no volvería a verla y engañándome con que sí lo haría. Y en el fondo mi adios no supo ser un adios, hasta que ella me lo dijo a mi.

Y la vi sonreirme mientras me iba, sin darme cuenta de que era ella la que se marchaba.

Requiem por ti, Soledad.

viernes, febrero 12, 2010

Cuestión de tiempo

Hoy he vuelto a llorar.

Y no entiendo por qué hay días en los que me cuesta tanto respirar y las lágrimas me invaden, y otros en los que respirar es menos complicado.

Echo de menos mi gente, la casa en la que he crecido, las manos de mi madre, el olor de mi padre y el aire frío y seco de mi ciudad. Necesito que me abracen mucho rato y que me dejen llorar para poder rearmarme.
Necesito la paz cálida de mi familia, su acento, su voz, su cariño. Las risas de Eli y Maruxa, las cadencia de sus pasos por el pasillo.

¿Quién me dijo que todo era cuestión de tiempo? A mi el tiempo me crea nudos en el alma...

domingo, enero 24, 2010

Cádiz

Te echo de menos. Echo de menos caminar cerquita de mi playa. De mi Victoria.
Echo de menos pasear por el Campo del Sur. Y oler la sal de tu mar. La marea que nos une.

Y aquí el mar a veces me acerca a ti. Pero me acerca y me aleja como las olas que se precipitan en tus escolleras.

Te echo de menos. Y ahora que te escucho cantar como cada año por carnaval, se me anudan las ganas de acercarme y unirme a tu gente, que es la mía. Y cierro los ojos y me vuelvo a ver en la Viña riéndome como siempre como hace tanto tiempo...

Sigo tocándote las palmas... desde Gijón.