lunes, agosto 27, 2007

Ulises

Regresar? No quiero. No pretendo pintar encima de estas paredes y después correr a limpiarlo con los jirones de tela que se anudan a mis caderas. No es nostalgia, no es melancolía. Son recuerdos. Y los recuerdos no dan ni quitan vidas en esta casa. Ya no quedan gatos en los tejados, tal vez alguna salamandra desentumeciendo la pared blanca pintada de agosto.

No quiero besar fotos, ni ahuyentar fantasmas que no existen. El mar esta cerca, lo suficientemente cerca para olerlo cuando mis pasos lo deciden, lo suficientemente lejos para extrañar la paz de su inmensidad. Volcarme en mi mar, acallar el viento con solo un dedo besar la arena y caminar por la espalda del mundo.

Las olas no azotan escolleras que se dibujan en papel, ni la sangre brota de esta boca que no entiende de odio. Empiezo a contar las palabras que me llevan hasta la orilla y sin embargo la orilla ni entiende ni quiere entender de versos rotos. El suelo se moja cada madrugada dicen que ya no quedan botes a los que subirse para encallar de nuevo.

No quiero lamentar lamentos pasados, ni entender aquello que no entendí. Las ventanas se cerraron a destiempo, con golpe y portazo, rompiendo las cortinas, deshilachando los rastros de piel que dejé dándose un baño de luna en el alfeizar.

Sabedme feliz.

jueves, agosto 16, 2007

Habitación

La soledad no me asusta, nunca me asustó. Me dio, sin embargo, algunos de los mejores momentos de mi vida. Me sentí plena y certera cuando nadie me miraba, cuando mis defectos estaban expuestos como yo, cuando fui debil y cuando fui fuerte.

No me asusta quedarme en esta habitación durante horas, besando las paredes que me dan sombra. Afilandome las uñas con las preguntas sin respuesta que tengo en el bolsillo derecho, y con las respuestas sin pregunta que no supe bien donde guardar.

Que tengo miedo, ni es nuevo ni ensucia páginas, pero el miedo que tuve alguna vez fue no saberme propia y hoy me sé. El miedo evoluciona a saltos como mi vida.

Tengo frío, y lágrimas tibias en un tarrito escondido detrás de algun trozo de alma.

Y miedo... de tu miedo.

viernes, agosto 03, 2007

Tempus fugit

Los días pasan rápido ultimamente. Se esfuman entre las nubes de calor que nos ahogan, y nos aprietan las muñecas para tirar de nosotros de un lado para otro.

Y el tiempo todos sabemos que nunca jugó a mi favor. Me asombra y preocupa que hoy lo haga.

Aprendía rápido entonces. Cuando no sabía que esperar de nadie, cuando pensaba que lo controlaba todo y sin embargo los golpes venían del lugar más inesperado. Ahora aprendo lento. Pausada e inquieta. Miro a los lados y sigo cruzando sin mirar. Dos pasos lentos y dieciseis rápidos.

Bailando freneticamente sobre el alfeizar de esta ventana, sobre el cesped recien cortado, sobre los trozos de cristal del pasado, sobre los besos antiguos, sobre las declaraciones eternas de efímeros amores, sobre los lamentos ajados y las sonrisas perpetuas, sobre las lágrimas que no supe verter, sobre la paz, sobre la guerra, sobre los pisotones que me dieron cuando no bailaban al mismo ritmo que yo.

Y el tiempo que siga volando.