martes, febrero 19, 2008

El final del final

Todo acaba.

Y hoy no estoy triste por cerrar esta habitación oscura de mi casa. Oscura porque siempre estuvo a media luz, la única luz que siempre necesite para escribir.

La vida cambia y evoluciona. Nos evoluciona, sin llegar a cambiarnos lo suficiente para ser mejores. Hoy soy feliz. Me sumerjo en nidos de sonrisas y la paz me inunda como siempre necesite. Soy demasiado visceral para vivirme sin escribir, así que lo seguiré haciendo pero ya no aquí.

Gaddira no muere porque sigo siendo yo, y la gente que conocí en esta semioscuridad seguirá ahí en algún lugar prendida en mi solapa. No es una despedida porque quien quiera estar siempre estará. O tal vez sí lo sea, un hasta siempre a aquellas personas que sólo sintieron curiosidad o morbo por una Gaddira a media luz.

Seguiré escribiendo pero sin necesidad de adulación expectante ni interesada, seguiré escribiendo con las palabras que se me agolpan en los dedos y en los labios.

Tal vez algún día todos nosotros, sombras al fin y al cabo de nosotros mismos, nos encontremos en un zaguán sin más luz que la de la noche oscura, quien sabe...

Hasta siempre