lunes, septiembre 13, 2004

Respiro

Llevo un tiempo pensando en hacerlo, en tomar aire y dejar que las palabras me busquen a mí, en vez de intentar buscarlas yo a ellas.

Voy a echar de menos esto, pero creo que lo necesito... así que más que una despedida es un hasta luego, un volveré cuando tenga la urgencia de escribir cosas, de mostrarlas a los demás.

No me gusta repetirme, y ultimamente creo que no he hecho otra cosa... regresaré cuando tenga la necesidad de hacerlo, de escribir y de leerme, en el tiempo que dure mi ausencia, me refugiaré en vuestras palabras, las tomaré prestadas para sentirme acompañada y a veces os advierto que las asumire como propias.

Respiremos hondo pues...

domingo, septiembre 12, 2004

Bálsamo

No me siento bien

No me siento bien

No me siento bien

Necesito un bálsamo que me endulce el día...

viernes, septiembre 10, 2004

Mi gente "extraña"

Conozco muchas personas... algunas excesivamente raras, otras aparentemente "normales", con su vida "normal" con sus sentimientos "normales" y con una forma de ver la vida "normal" ajena a ese grupo de gente que acepta su condición de "ser extraño" y complejamente incomprensible.

Mi gente "extraña" se mira al espejo y sonrie, a veces no se mira al espejo y sonrie igual, y otras ocasiones ni siquiera tiene espejos en su casa porque no tiene la necesidad de ver una sonrisa reflejada en ellos para saberse la más bella del reino.

Mi gente "extraña" se ata al timón porque sin él se siente anciana, o se emborracha en las tabernas de Tortuga esperando alguien con quien compartir un vaso de ron, mientras otros "más normales" empeñaron las velas de sus barcos, para poderse comprar la cima de una montaña desde la que ver el mar.

Mi gente "extraña" no adora al hombre de sus sueños cuidando pacientemente de sus 4 hijos encerradas en cárceles de oro, se aburre de diademas y vestidos y sobre todo de la perfección del príncipe huyendo con el primer lacayo que la mira indecorosamente, e incluso a veces con una escopeta arremete contra los pájaros y las ardillitas que entonan dulces canciones estúpidas.

Mi gente "extraña" dejaría todo por amor a ratos y otras veces no sabe si son capaces de amar y no le importa, en ocasiones no se atreve a mirar a los ojos a la persona que quiere sin empequeñecer, otras empequeñece sin más y la mayoría de las veces hace empequeñecer a los demás con su miradas.

Mi gente "extraña" tal vez no roza la perfección, ni trata de hacerlo... se aburre demasiado rápido de la "normalidad" de las cosas, y se apasiona por la pasión...

Mi gente "extraña" olvida mal y lento, en ocasiones se olvida de olvidar, y en otras quema las cajas de fotos, de recuerdos, de mentiras y de realidades pasadas.

Mi gente "extraña" es tan "extraña" como yo...




Razones... para sonreir

Mas De Cien Mentiras
(Joaquín Sabina)


Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, altares.

Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.

Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, tenemos los dientes,
saliva, cinismo, locura, deseo.

Tenemos el sexo y el rock y la droga,
los pies en el barrio, y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga,
y un bisnes pendiente con Pedro Botero.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.

Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga,
veneno, resaca, perfume, violencia.

Tenemos un techo con libros y besos,
tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos,
tenemos el lujo de no tener hambre.

Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre en primavera.

Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
que importa, lo siento, hasta siempre, te quiero,
hinchas del atleti, gángsters de Coppola,
verónica y cuarto de Curro Romero.

(Estribillo)

Tenemos el mal de la melancolía,
la sed y la rabia, el ruido y las nueces,
tenemos el agua y, dos veces al día,
el santo milagro del pan y los peces.

Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
ramblas en la luna, vírgenes de cera.

Tenemos naufragios soñados en playas
de islotes sin nombre ni ley ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.

(Estribillo)

Tenemos caprichos, muñecas hinchables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobre exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos Pérez, dolores de muelas.

Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.

Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.

(Estribillo)

miércoles, septiembre 08, 2004

Sed

NO NO NO NO NO NO NO NO y NO

Me desespero. Camino por la habitación haciendo círculos alrededor de la mesa.Una silla ligeramente mal colocada se cruza en mi camino, la aparto de un empujón dejándola caer.

Sigo caminando en círculos, mirando las baldosas en el suelo... con mis labios llenos de NO y de desesperación.

Camino y camino y camino, hasta que las piernas se enmarañan y pierdo de vista el suelo.

Subo la mirada, por cada una de las lineas espirales que me abrazan y veo que no tienen final, que ascienden al mismo ritmo con el que mi tembloroso cuerpo se desliza. Empiezo a sentir vértigo, pánico, dolor...

Todo se detiene. Un golpe tremendo me hace consciente de la velocidad que llevaba. Conduzco mis dedos al pecho, y en ellos recojo mi sangre que me sabe a la tuya, brotando dulcemente, y dirigiendola a mis labios bebo de ella... como si se tratará de ambrosía...

Mis dedos se impregnan nuevamente en tu sangre, arrancada a mi corazón, una y otra vez... tengo sed, y sé que sólo esa sangre me saciará. Ahondó más con mis dedos hasta apretar entre ellos los latidos de la fuente... los aprieto agujereando esa suave carne humeda, caliente... destrozando con ellos la fragil linea que te aferraba a mi vida.

NO NO NO NO NO NO NO NO y NO

Me desespero... la habitación sigue inmovil. Yo también.


lunes, septiembre 06, 2004

Calor y necesidad

Calor...

Unas manos recorriendo mi cuerpo... no son unas manos... son sus manos.

Unos ojos clavados en los mios... pero no son unos ojos al azar... son sus ojos.

Necesidad...

Unos labios buscando los mios... sus labios.

Una piel trazando mis sueños... sus sueños.


domingo, septiembre 05, 2004

Mar Adentro

Ayer acudí a una sala de cine practicamente vacía para ver la nueva película de Alejandro Amenabar. En realidad me gusta la manera de contar historias de este joven director; me gusta la manera de salirse de su propia personalidad y adentrarse en vidas ajenas del protagonista Javier Bardem y sobre todas las cosas, creo firmemente en la elección personal de cada uno de los momentos de nuestras vidas.

Cuando entre en la sala, pensé que saldría llorando sin parar... no lo hice, me emocioné en un par de escenas, pero la mayor parte de la película me la pase sonriendo. He leído numerosas críticas de medios de comunicación que consideran que Amenabar, santifica o trata de hacerlo a Ramón Sampedro en la película, no creo que eso sea cierto. Otros medios simplemente aseguran que Sampedro fue una marioneta en las manos de asociaciones pro-eutanasia, que le arrojaron primero a la luz pública y luego al suicidio, para lograr un fin concreto. No sé que sabe esta gente de la vida de Sampedro, pero no era imbecil, ni un "suicida palestino" como leí en alguna que otra web claramente catolicista.

Sampedro sólo lucho por su derecho a tener una vida digna... y eso le llevó a la necesidad de luchar por una muerte igualmente digna. En un momento de la película, Bardem/Sampedro pide simplemente que no le juzguen que él no juzgaría a los demás. Y me dio la impresión de que este país le juzgó entonces, y vuelve a juzgarle hoy a través de una crítica moralista.

Más de dos horas de película. Buenos actores. Buena música. Buena fotografía... y una historia real, cruda porque así lo fue. Un hombre que se vio respaldado por un sector muy importante de la sociedad española, pero que vio como los tribunales de un país laico se escondían detrás del inmortal miedo a ser condenado en uno de los numerosos infiernos ideados por el hombre.

Pero la realidad fue esta. La realidad es la que expresa la película, aunque duela, aunque de vergüenza concienciarse de ello, aunque simplemente les joda a los que otorgan a "su dios" el papel de dador y quitador de vida. Ramón Sampedro vivió más de 25 años pegado a una cama, vivió deseando una muerte que le otorgara la dignidad que creía perdida. En ningún momento, juzgó indigno vivir para el que quiere vivir, sea cual sea su estado, pero sí reconoció indigno obligar a vomitar vida a quien ya no lo desea.

Es más, no entiendo quiénes somos nosotros para obligar a nadie a nada. Creo que debemos tener libertad para elegir tanto nuestra forma de vivir, como nuestra forma de morir... sin que nadie decida qué está mal y qué es lo que está bien. Al margen de éticas de catecismo infantil, y de estupidas fobias a la muerte. La muerte llega para todos, antes o después, y en ese camino hacia la muerte tenemos derecho a ser felices. Sampedro no lo era, y hay demasiada gente que se empeñó en condenarle a su no-vida.

El resultado, un suicidio con cianuro. Una muerte dolorosa, tremendamente dolorosa, que precisó de alguna que otra mano amiga,para conseguir darle por primera vez durante esos más de 25 años, la dignidad que él pidió a gritos... para lograr simplemente lo que él decidió: morir.

viernes, septiembre 03, 2004

No entiendo

Es dificil intentar siquiera entenderlo.

Comprendo que la gente luche por lo que quiere, por su libertad, por justicia... pero me cuesta mucho entender que para lograrlo haya que pasar por encima de gente inocente.

El 11 de marzo murieron demasiadas personas en los trenes de Madrid, como para olvidarlo tan facilmente. Mucha de esa gente se había manifestado contra la decision de apoyar a EEUU en la guerra de Irak, pero los terroristas no veían gente, nunca la ven, ven solo objetos con los que presionar.

Beslan (Osetia del Norte), Rusia:

El miércoles un grupo de terroristas prochechenos, se olvidó también de mirar a los ojos a esas quinientas personas, a esos mas de doscientos niños que sólo iban al colegio, como todos los días, ajenos a la política que Putin esta tomando con Chechenia. La violencia, la sangre despoja tan pronto de la razón a quien hace uso de ella...

No sé si los chechenos llevan razón pidiendo su independencia, o no... hoy ni siquiera me interesa saberlo. Ayer sólo podía cruzar los dedos esperando que Putin no cometiera la barbarie del Teatro Dubrovca hace algunos años ya...

Unos funcionarios de la administración piden a los secuestradores cambiarse por los niños... ellos se niegan, el olor de la sangre joven suele causar mas espectación, tal vez así consigan lo que quieren. Por si acaso tratan de envenenarles, no permiten que entre agua ni comida, dos días sedientos y hambrientos... dificil de entender para un niño de 7 años.

Explosiones, disparos a los familiares de los secuestrados que esperaban en la calle, más explosiones y demasiados disparos. El ejercito entra en la escuela... los secuestradores se atrincheran con las municiones que aun les quedan.

Liberaron el colegio... liberaron? más de 400 personas heridas, decenas de muertos por el derrumbamiento de uno de los techos... fuego cruzado entre secuestradores y fuerzas de seguridad... niños heridos, ensangrentados... muertos.

Puede que la linea en un mapa valga tanta sangre... yo aun no puedo entenderlo.






miércoles, septiembre 01, 2004

o Sí?

Me paso la vida negando las cosas que realmente deseo... me aburrí de hacerlo...


No.
No quiero un beso fugaz,
ni una caricia robada;
ni siquiera pretendo que me quieran.

No.
No me interesan los ramilletes de palabras,
entrelazadas durante minutos
hasta hacerme perder de vista el horizonte.

No.
No anhelo flores de papel
marchitas cuando el agua las besa,
ni semillas de viento
desterradas por las sombras.

No.
No quiero versos sumiendo mis oídos,
en un templo de sueños;
ni pinceles, ni tinta, ni lápices
que dibujen algo que no poseo.

No.
No pido manos
que entrelacen mis manos
a la luz de la luna,
y que me cubran los ojos
durante el día.

No.
No pretendo promesas,
ni palabras, ni contratos:
ni compañía, ni deseo, ni amor.

No.
No acepto mentiras hermosas,
suavizando una verdad asesinada,
tal vez cruel, inerte, podrida
pero cierta.

No.
No quiero hacer un canto ni un poema,
ni vender mi corazón
a un desconocido;
ni siquiera pretendo
que alguien comprenda,
que mi alma
aun no entiende lo que escribo.