lunes, mayo 22, 2006

Se acabó.

Retales de mi Vida no da más de sí. Gaddira no da más de sí.

Y me da pena, mucha más pena de lo que yo misma pensé. Será que Gaddira soy yo... será que me da miedo ser solamente Gaddira.

Han pasado muchas cosas desde que empecé a escribir aquí. Muchas cosas.

He conocido a gente muy importante para mi a través de esta página. Gente a la que jamás podré olvidar, y que pretendo que de una u otra manera, sigan siendo parte de mi vida.

Este blog ha tenido muchos momentos en los que ha agonizado, y si no murió hace meses fue gracias a aquellos que han perdido parte de su tiempo en asomarse a mi vida. Gracias sinceramente... pero ya no da más.

Gaddira se muere...

Yo siempre fui libre al escribir, o pensé serlo. Ahora no lo soy. Temo hacer daño y eso recorta mis alas.

No quiero pensar cada palabra que escribo, quiero escribir como siempre lo hice. Sin temor, sin mordaza...

Es ella o soy yo... y ahora me importa mucho más Marisa que Gaddira. Y me asfixio si no puedo escribir.

Se anuda la garganta y el estómago con las palabras que callo.

Gaddira se muere y aunque me de pena... estoy sonriendo.

Gracias nuevamente...

Marisa
marisamilla@hotmail.com

miércoles, mayo 17, 2006

Tristesse

Vi como se iba y no hice nada por detenerla.

Pensé que al cruzar la calle se daría cuenta que yo la miraba inmovil en la acera, con mi mano extendida intentando acariciarle el pelo y pedirle que no se marchara. Pero mis labios se negaron a obedecerme... como ella. No pude impedir que mis mejillas se mojaran, aunque siempre supe que no había lágrimas que borraran su marcha.

Y se fue, no giró la cabeza al llegar al otro extremo de la calle, ni al llegar a la última esquina. Y yo me quedé sentada en el escalón de una casa ni vieja ni nueva, una casa más como cualquier otra casa del mundo. Sentada y callada. Tan callada que ensordecí el tráfico, y los pasos de la gente. Sentada y callada, y de fondo las palabras que mis labios se negaron a pronunciar.

martes, mayo 16, 2006

Cristal y alas

Los muros de cristal me absorven, me debilitan.

No sé si es el calor o las ganas de romperme el cuerpo contra esta cárcel sin barrotes.

Quiero volar y mis alas se derriten con solo tocar mi espalda.

No me quedan manos con las que recomponerlas. Las confiscaron anoche en un sueño mientras soñaba con dormir.

viernes, mayo 12, 2006

Sanar

No me conozco y sin embargo tú consigues darme sentido con apenas un par de palabras.

Yo me anudo y tu me desenredas.

Yo me pierdo y tu me encuentras.

Luego dicen que tengo predilección por ti, no saben que tus bracitos alrededor de mi cuello son sanadores.

Espérame... mañana volveré a regalarte un cuento, para ti sólo para ti, para que tu me regales una de esas sonrisas para mi, ... sólo para mi.

miércoles, mayo 10, 2006

domingo, mayo 07, 2006

Lucia III

Sale de la ducha. Es tarde para cenar... es tarde para salir... es tarde para empezar cualquier cosa.

Cualquier cosa. La vida se hace insignificante por momentos. Todo le roza y nada le toca. Y no hay sueño, ni insomnio. Hay pereza. Hay indolencia. Hay ganas de nada.

La vida... años de libros posados en la mesita de noche, años de libros leidos y devorados, años de libros... y la vida no es lo que esos libros contaban. La vida es otra cosa.

Y no hay canciones que le traigan lo que le pide a la vida. Hay posos de café, hay sorbos de licor en los que en contadas ocasiones se mece. Pero no es lo que leía en los libros.

Hay noches en las que se asoma al balcón, en las que se estremece con el aire frio de las madrugadas que no terminan y le ve abrazarla y cantarle canciones al oido. Y se siente presa de la realidad que necesita... pero esas madrugadas que no terminan acaban terminando. Y el color de la noche desaparece, también la música ... sólo permanecen algunos libros que hablan de vidas sobre la mesita de noche.

miércoles, mayo 03, 2006

Imbéciles

Anoche tuve un pequeño problema con el coche.

Un imbecil de tantos imbéciles que se congregan estos días en Granada para el macrobotellón, decidió coger el coche para volver a casa. Pero como era imbecil, como tantos imbéciles ayer en Granada, decidió conducir borracho.

Al salir del parking, el imbecil de tantos imbéciles... se olvidó diferenciar entre la primera y la marcha atrás. Y me golpeó el coche. Un pequeño golpe... casi nada. Y habría quedado así, convertido en un incidente sin importancia pero no pudo ser... porque era imbecil como tantos otros que ayer cogieron el coche borrachos en Granada.

El pobre imbecil, intentó irse, me gritó, y posteriormente se envalentonó conmigo. La novia del imbecil... que no era imbecil, se puso en medio para que su amago se quedara en eso... un amago estúpido de lo que podría haber llegado a más.

El imbecil, como otros tantos imbéciles que anoche causaron problemas en Granada, me acabó firmando el parte amistoso ante la amenaza de llamar a la Guardia Civil. Porque como he dicho el imbecil de tantos... iba conduciendo borracho.

El imbecil que a mí me tocó, es decir, mi imbecil ... sólo golpeo levemente mi coche...

Los destrozos, los comas etílicos, los accidentes de tráfico, el estercolero en el que han convertido Granada durante estos tres días de macrobotellón oficial, las puñaladas, y las peleas callejeras... causadas por tantos imbeciles como mi imbecil... todo esta imbecilidad buscada y patrocinada por el Ayuntamiento de una ciudad que ya no es conocida más que por sus macrobotellones... todo esto que no se alivia con una sesión de chapa y pintura... todo esto me cuesta entenderlo.

Me cuesta entender que anoche caminar por mi ciudad me diera vergüenza. Me da pena volver a sentirlo esta noche.