sábado, noviembre 07, 2009

Reflexión

Retorcida. Sobre mis pies, mi piel, mi sangre. Arañada, goteando el alma en el suelo. O en la copa. O en la cama...
Perdida. Soñadora. Incauta.
¿Coherente? Alguna vez. ¿Sensata? Pocas veces.
Cabizbaja. Anidada. Anudada. Pero nunca anulada.

Y qué más da...

sábado, octubre 17, 2009

Garnata

Granada es más que Granada. Es más que sus callejuelas retorcidas, sus calles adoquinadas, su olor a especias, y ese aire de misterio que solo se respira en Granada.

Granada es mucho más que Granada.

Granada es la piel de las manos de mi madre. El mar de los ojos de mi padre. Las risas con mis hermanos, las conversaciones a media tarde entre cafés, niños corriendo entre la cocina y el salón.

Granada es todo lo que tuve, tengo y tendré. Que dificil es ser feliz si me falta media vida.

martes, septiembre 22, 2009

Desamanecerme

Tres pasos contados. Uno. Dos. Tres.

El alma en la comisura de mis labios, y la piel... la piel tan tirante que siento la sangre golpearme las sienes. Cabizbaja, opaca, triste, muerta. Pensando en voz alta, tarareando palabras de una vieja canción que no termino de recordar. Muriendo. Tal vez apagando las luces de las farolas de mi calle. O arremolinándome entre las mantas y las nubes bajas que me rozan las mejillas.

Tres pasos contados. Uno. Dos. Tres.

jueves, septiembre 17, 2009

Terapia

Respirar aquí es diferente. El sol no me pica en los hombros, y la luz... es tan distinta.

Es bonito caminar de su mano por parques amplios, con ese verde que jamás habrá en mi Granada, que sólo puede darse aquí. Y camino feliz porque voy de su mano. Feliz porque estoy empezando poco a poco a salir de una espiral que me ataba los pies y arañaba los brazos.

Y caminando... tropiezo con mis lágrimas también. Y pienso en el sol que pica en los hombros, en esa luz tan distinta de mi Granada, y sin querer mojo mi rostro como ayer, como hoy... como todos los días. Y me sorprendo cerrando los ojos y rogando escuchar los ladridos de Zeus, y los pasos pausados de mi padre subiendo la escalera.

Y aprieto más los ojos, porque nunca es suficiente, y acabo sin escucharlos. Y me torturo porque no soy capaz de impregnarme del olor de mi madre, y porque necesito darle un beso en el cuello y hacerla reir. Y me torturo... porque no oigo la risa escandalosa de Eli y sus abrazos interminables. Y la piel se trenza de nuevo.

Y a veces me cuesta respirar porque respirar aquí es diferente. Porque el nudo del pecho no se afloja, y porque la piel me dice que la próxima vez que mis niños me encuentren, ya no me miraran igual. Y el nudo se aprieta un poco más.

Vuelvo a caminar de su mano y todo parece más facil. Parece... pero no lo es.

domingo, mayo 17, 2009

Norte y Sur

Ahora sí.

Hoy no me encuentro por dentro. He pasado horas arañándome la piel para encontrar la paz y no me queda nada. Tal vez un tarrito de lágrimas que voy derramando en el oxidado camino de la autocompasión.

Se fue. Y se llevó consigo la mirada luminosa, la sonrisa eterna, las risas en la cama. Y le echo de menos como nunca pensé que se pudiera añorar a alguien. Y le amo tanto que mi piel se ha ido con él para no quedarse conmigo.

Y son días... y luego volverá a rodearme con sus brazos poderosos. Y son meses... y volveremos a tirarnos al suelo entre risas y caricias. Pero hoy mis pasos no pueden con el lastre de sonreir sin ganas.

Le echo de menos.

Y sigo contando los días para volver a tocar con mis dedos la piel de su espalda.

martes, marzo 10, 2009

Familia

Hoy es uno de esos días en los que me cuesta respirar.

Golpeo con los puños mi ojos hinchados por tanto llorar, y de ellos ahora solo emanan recuerdos. Y por cada recuerdo, una aguja clavada en mi sien y un dardo envenenado en la palma de mis manos.

No es lastre lo que hay en mis alas, son sonrisas las que me hacen querer agazaparme en un rincón oscuro desde el que poder divisar mi alma hecha pedacitos.

Hoy no sabría deciros adios.

Se me empaña el caminar con sólo imaginar el momento cercano en el que deba volar lejos y alto.

Nunca pensé que el amor ocupara tanto espacio en una maleta.

lunes, febrero 09, 2009

Soberana

El miedo nos atenaza, dicen... a mi me mueve hasta el alma. Me hace tiritar, caminar, y sacar fuerza de donde jamás la tuve.

Hoy tengo miedo. Y mis palabras me tiran de nuevo hacia este camino que dejo de ser el mio hace tiempo.

Tal vez sea una visita, tal vez sea un encuentro fugaz, o tal vez vuelva para quedarme.