martes, agosto 24, 2004

Inmortal

Unas manos.

Él decide, ella debe bajar la vista resignada. Dibuja su vida, la marca... necesita huir.

Se va.

Su voz la persigue. Se desplaza en espirales en torno a ella, le acarician, le arañan... sangre.

Cree sentir la lluvia.

La pintura de su rostro mancha sus manos. La de sus manos manchan la lluvia. La lluvia la sepulta en el mundo que el fabricó... duele.

La detiene.

Su cuerpo es un símbolo más de su poder. Desespera, grita, tiembla, escupe manchas de trementina. De sus ojos solo lágrimas que humedecen las esquinas de su cuerpo... enloquece.

Atrapada.

Se quedó sin sangre. Oxidada, fría, inerte, muerta, asqueada, enjaulada, pisoteada por las decisiones de su dueño... odia.

Venganza.

No puede moverse él lo logró. Dedica su existencia a mirarle con sus ojos manchados de odio y linaza. Le crea obsesiones, le arrincona contra su propia pared. Le regala los barrotes de su carcel teñidos de blanco de plata... envenena.

Muerte.

El murió, ella siempre seguirá viva... sonríe.






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