jueves, abril 28, 2005

Leve ausencia

Mañana Cádiz me espera.

La Gadir fenicia, la Gadeira recorrida por Heracles, la Gadira y Gades romana, la Qadis musulmana, la Cádiz que albergó navíos y luchó contra ingleses y franceses.

La trimilenaria. Ciudad más antigua de occidente. La que pudo estar poblada por atlantes. La cubierta de riquezas americanas, la empobrecida, la libertaria, la vasalla, la arrodillada, la luchadora, la olvidada, la siempre presente...

Cádiz anciana y adolescente.

Mañana Cádiz me espera.

Duerme

No voy a despertarte.

No voy a acariciar tus labios con los mios.

No voy a lamer tu cuello.

No voy a recorrer tu pecho con mis manos.

No voy a dejar mi aliento en tu cintura.

No voy a sentir tu sexo en el mio.

No voy a clavar mis uñas en tu espalda.

No voy a morder tus hombros.

No voy a causarte placer.




Duerme esta noche... descansa de mí.

martes, abril 26, 2005

Estación

No sabía que hacer. Llevaba unos minutos parado en la estación pensando en la manera tan estúpida en la que se había torcido todo aquel día.

Las luces de las farolas se empezaban a convertir en el único referente de su estrecho horizonte. Si le hubieran preguntado qué miraba tan fijamente, no habría sabido contestar. Se perdía entre la luz y la sombra, entre lo real y sus fantasias, entre aquel día que terminaba o el que empezaría en menos de dos horas.

Dejó caer sus brazos a ambos lados del cuerpo, comenzando una leve oscilación en la que concentrarse para no volver a mirar el reloj. Había gente esperando, el tren no debía tardar mucho... incluso en algún momento del trayecto en coche hasta la estación pensó que llegaría tarde, y sin embargo le sobraban interminables minutos antes de que el bullicio se adueñara de los andenes.

Sacó un caramelo del bolsillo, le quitó el envoltorio de forma atropellada y lo metió en su boca. A los cinco segundos ya lo había partido entre sus dientes y comenzaba a jugar con los pedacitos de cristal dulce. Estaba tratando de contarlos cuando anunciaron la llegada del tren.

Nervioso, fijó la vista en las puertas que se abrían.

Familias. Hombres. Parejas. Mujeres. Todos ellos salen del tren, y esperados o no, se alejan hacía el exterior de la estación con gesto agotado.

Él mientras, observaba a toda esta gente de manera minuciosa, mirando frecuentemente hacia un vagón solitario del que nadie más saldría esa noche. Metió las manos en sus bolsillos jugueteando con el envoltorio del caramelo y se marchó a casa.

Mañana sería otro día.

Antojos urgentes

Helado de chocolate y limón.

Libros sobre mitología maya e inca.

Concierto de Silvio

Volver a ver Avaricia (esta vez con él)

Tumbarme en la playa.

domingo, abril 24, 2005

Carta casi abierta

Sabes... soy feliz.

Sé que no terminas de entender mi forma de ser... y mucho menos esto que siento. Pero puedo prometerte (aunque dije que no volvería a hacerlo) que soy feliz.

A veces soy impetuosa. Muchas veces... No ayudan mis ansias ni mi falta de paciencia. Incluso comprendo que no soy facil de tratar.

Siento miedo a veces pero nunca me paraliza. Sé que sabes que estoy segura. Lo estoy... aunque a veces me ahogue en un mar de intranquilidad.

Será que echo de menos, será que extraño, será que tengo prisa por acariciar mi futuro, será que me vuelvo susceptible, será que mi caracter es agrio, será que duele cuando el tiempo no pasa, será que las complicaciones pesan pero ciertas sonrisas las borran, será que hoy tengo ganas de abrazarme fuerte, de gritar, de aplastar con la yema de mis dedos las dudas que nunca tuve, será que le quiero y me quiere, será que esta carta casi abierta no es tan abierta como parece.

sábado, abril 23, 2005

Virus del Miedo II

El miedo como un dardo que te recorre el cuerpo,
una gota de mercurio navegando a través de tu sangre.

El miedo como la sombra que nunca existió,
escondida en la oscuridad de la noche.

El miedo como dolor inexplicable,
perverso, hiriente, sangrante, lacerante, palpitante...

El miedo convertido en adicción
excusa perfecta del aislamiento.

El miedo como patrón,
medida, arma y defensa.

El miedo soberbio
a sus pies la putrefacta vida carcomida por gusanos.

Virus del miedo

Lo amaban, ni más ni menos,
y se sacaba cada mańana
las espinas del sueńo.
Juraba y maldecía
y se enredaba en la alambrada
de la mansa rutina.

Vivía como tú o como yo.
El viernes por la noche
iba a buscar a su amor.
Fumaba tranquilo,
planeaba la semana
y ella le arrancaba el cigarro
y lo besaba.

Y un día lo mordió el virus el miedo.
Entendió que las mujeres
nunca tienen dueńo.
Y temió que ella marchase,
que se agotase el manantial
sin un por qué.
Venció el miedo y faltó a la última cita,
no descolgó el teléfono
que aullaba en la mesilla.
Y el temor a la derrota
lo agarrotó como un calambre,
sin un por qué.

Duro, intenso y precario...
Se enfrentaba cada día
al oleaje en el trabajo.
Y una mańana la cobardía
lo paralizó en la puerta
y no entró a la oficina.

Volvía a despertar
y empezaba el periódico
como tantos -por detrás.
Vio y sintió la noche
del planeta y su desastre,
tuvo miedo y decidió
no salir a la calle.

Y ahí lo tienes encerrado en casa,
temblando como un nińo,
sellando las ventanas,
para no ver, ni escuchar,
sentir, notar la vida estallando fuera.

Por miedo a sentir miedo
fue a la cama,
como una oruga se escondió
y envuelto entre las mantas
se durmió,
hizo humo el sueńo
y se olvidó del mundo
por miedo a despertar.

Aún sigue dormido.
Pasaron los inviernos
y aún sigue escondido,
esperando que tu abrazo
le inocule la vacuna
y elimine el virus del miedo
y su locura.

Ismael Serrano

jueves, abril 21, 2005

Días importantes

¿Razones? Demasiadas...

Un hombre que se muere, despues de que le arrebataran su dignidad y medio mundo le llora. Escenas de dolor y emoción regadas por casi todos los paises, gente de luto riguroso, encendiendo velas, rezando...

Adoración por un hombre. Gritos pidiendo su santificación. Lágrima tras lágrima.

Habemus Papa!

Otro hombre. Otro nombre. Gritos alabándole. Rezos por su nombramiento. Lágrima tras lágrima.

Son hombres.

Uno, el que se murió, el que supuestamente escuchaba a los jóvenes... el que se negó a entender que la sociedad cambia, que una religión se levanta sobre la fé del creyente y nunca sobre la espalda destrozada de un condenado. El que escuchaba a los jóvenes jamás supo escuchar la voz de las mujeres. No escuchó el sufrimiento de los que morían de sida, ni de las personas que no tenían con que alimentar a sus hijos, no escuchó el reloj marcar una nueva era... el que sabía escuchar a los jóvenes, nunca escuchaba... oía y eso no sirve de nada.

Otro, el que ahora se viste de oro, el que nunca escuchó. El que se niega a dar la comunión a los divorciados, el que se otorga la potestad de llamar malvados a los homosexuales, el que condena a la mujer a un papel secundario, el que no entiende la necesidad de protegerse contra enfermedades y embarazos no deseados, el que ensalza la labor de presidentes despóticos... El que no sabe escuchar, ni oir... sólo predicar su palabra vacía.

Uno y Otro. Condenando al mundo sin mirar al seno de su Iglesia, repleta de conspiraciones, abusos, saqueos, violaciones, mentiras y más mentiras. Una Iglesia anacrónica. Una Iglesia destinada a morir.

Otro y Uno. Y la gente llora de dolor y felicidad porque perdieron su pastor y vuelven a encontrarlo... y el pastor sonríe cinicamente porque sabe que siempre habrá rebaño dispuesto a obedecer.

Esta gente que llora por que perdió a Uno y llora porque tiene a Otro, estas personas... ¿por qué no lloran cuando deben llorar de verdad?

Hoy. Hoy es un día importante.

El Congreso de España ha aprobado el matrimonio entre homosexuales. Algo que ni Uno ni Otro entenderían jamás.

Es un día importante, el mundo o al menos este país se ha hecho hoy un poquito más grande.

Mi más absoluta enhorabuena a todos los que lucharon y luchan por los derechos y libertades del hombre y la mujer.

miércoles, abril 20, 2005

Despertando

Me despierto. Suave, silenciosa, feliz...

Comienzo a entreabrir los ojos y lo que veo me gusta. Bajo la punta de los dedos por el contorno de mi pecho llegando hasta la cintura y rodeando mis caderas para bajar por mis piernas. Al llegar a mis rodillas flexionadas vuelvo a subir esta vez por el centro de mi cuerpo. Ritual.

Algo más despierta me giro para ver como duermes. Me gusta verte dormir. Pasar mis dedos por tus labios y sentir en ellos tu respiración ahora serena. No altero tu sueño sólo observo el movimiento de tu pecho al respirar, tus párpados cerrados, tu cuerpo relajado...

Me acerco más a ti. Con la punta de mi lengua recorro los límites de tus labios, siento como tu cuerpo empieza a reaccionar... sé que estas despierto... pero continuo haciéndolo hasta que entreabres tus labios invitándome a besarte. No lo hago.

Acaricio con mis labios tu barbilla, tu cuello, tus hombros... sé que me deseas. Lo siento en cada trocito de piel que beso, lamo, saboreo, acaricio...

Siento tu cuerpo entregado a mi...

"Soy tuyo"

"Lo sé"

domingo, abril 17, 2005

Jardín

No sé donde estas.

Camino por el jardín. Eso sí lo sé.

Lo sé porque siento el olor del jazmín y de la tierra mojada.

No consigo verte. Y tropiezo.

Tropiezo constantemente con las aceras, con las piedras, con las plantas, con el agua, con la hierba, con los sueños de la gente que me rodea...

Veo el cielo cubierto de nubes. Me da miedo la tormenta. Presiento que esta tormenta va a ser larga. Probablemente llueva... me pongo nostálgica cuando llueve.

Mejor. Así tengo la excusa perfecta para autocompadecerme. Ah no! se me olvidó que ¿odio? compadecerme... ¿Odio mi capacidad de recordar?. ¿Odio recordar lo que quiero olvidar?... odio... muy poética la palabra.

Odiar... me gusta ese verbo, es bonito, es hermosa la forma de poner los labios al pronunciar. Ni siquiera sé odiar... sé usar la palabra y no sé aplicarla a mi vida... triste.

Me siento a descansar en mitad del cesped. No estoy cansada pero me siento a descansar... extraño. Te sigo sin ver, y a veces te siento. Siento a muchas personas pero no las veo.

No hay nubes. Ahora cómo me autocompadezco? Abro los ojos mucho. Me molesta la claridad. Los cierro un rato y los vuelvo a abrir. No veo nada... así, así quiero vivir a partir de hoy, con sólo sombras alrededor. O puede que no.

Me duelen los brazos como si estuviera sosteniendo entre ellos a un elefante. No tengo nada.

Tal vez debería despertar ya...

jueves, abril 14, 2005

Aclaración

Estoy cansada. No he dormido ni un solo minuto esta noche.

Esto no va a volver a pasar.

No quiero más victimismo. Me cansé de ser compasiva.

No mereces lástima ni pena. No mereces una noche en blanco como la de hoy.

Quieres dormir? duerme...

Quieres jugar a ser dios? juega...

Quieres espectadores llorando en las gradas? búscalos...

No cuentes más conmigo para tu teatro, para tu espectáculo, para tu circo de payasos tristes y desolados...

Lo siento, ya no me venderás nunca más esta historia por fascículos. No voy a permitir que juegues conmigo. Suerte encontrando alguien que te regale su compasión... acaso no es lo que buscas?

Quieres odiarme? ódiame...

Quieres llorar? llora...

No me pidas ayuda. Si quieres destruirte no vuelvas a buscarme a mí.

Nunca jamás.

lunes, abril 11, 2005

Su

No era la primera vez.

Sentía los músculos tensarse fuertemente. Cada paso que daba le adentraba más en un lugar del que sabía era dificil salir. El sitio, la densidad del aire, el olor, el sonido... todo era igual que las otras veces.

Rodeó los cuerpos arremolinados en el suelo, unidos en un escorzo dificil, imposible... sensual, apetecible... y abandonó a su izquierda la pálida luz. El ruido desaparecía y volvía dependiendo del ritmo de su respiración.

Enjuagó su rostro en el agua, se miró en el cristal de la ventana y sumergió sus labios en sal. Sus manos no necesitaban sal... sus ojos no necesitaban sal, su piel no necesitaba sal. Sus labios sí.

Trenzó sus dedos entre los cabellos que caían por su espalda, acariciando la piel de su cuello, respiró profundamente tranquila, con la sensación de paz que sólo ella sabía regalarse. La palida luz ya no es tan pálida.

El dolor es tan parecido al placer que busca los límites constantemente. ¿Límites? ¿Dolor? ¿Placer?... Sus ojos cerrados, su piel erizada, sus manos firmes aferrando el trozo de cristal.

Su sexo húmedo, abierto... sus labios mordidos, su piel arañada, dibujada como un lienzo, sin tinta.

Sólo cristal, piel, alguna gota de sangre tímida... ella, su dolor, su placer.

No sería la última vez.

domingo, abril 10, 2005

Comienzos

Sonreír, pensar, planear, recordar, reir, tratar, luchar, buscar, encontrar, comenzar, acabar, saber, intuir, soñar, cumplir, descansar, hablar, divertir, salir, entrar, saltar, bailar, caminar, pasear, conocer, volver, llegar, ir, volar, agotar, nadar, correr, amar,... sonreír.

viernes, abril 08, 2005

jueves, abril 07, 2005

Depurando

Y dejó todo.

Hundió su garganta podrida de gritar en el silencio más imponente que nadie imaginó. Cosió sus labios con el alambre más grueso que encontró en la caja de herramientas, que alguien dejó olvidada junto al recuerdo y a la autocompasión. Y brotó sangre.

Brotó mucha sangre. Sangre que resbaló por su cuello, por el interior de su boca, por sus brazos, manchó sus pechos, su sexo, su alma... tanta sangre que se vistió de un negro rojizo, luto gratuito, luto voluntario, luto innecesario.

Con una navaja oxidada cortó el cabello, que ahora caía al suelo mezclándose con la sangre cada vez más seca. Con la punta de metal hizo veinticinco cortes en su cabeza, en su rostro, en sus brazos, en sus piernas, en las plantas de los pies.

Depuró su sangre oxigenándola con el aire que la rodeó y rodeaba.

Dejó todo y se marchó.

lunes, abril 04, 2005

Ansiedad

Necesidad de ti.

Necesidad de tus ojos, tu boca, tu mirada, tu sonrisa, tus manos, tus cancioncitas, tus chistes malos, tu piel, tus labios, tu humor ácido, tus gritos, tu respiración, tus besos, tus caricias, tus palabras, tus susurros, tus miradas cruzadas, tus ojos de enfado, tus yo mas, tus va a ser que no, tus dientes, tu espalda, tu olor, tus conversaciones, tus miradas mientras conducía, tu dedicación a meterte conmigo, tus gruñidos, tus pucheros, tu nariz, ... el resto de tu cuerpo, de tu ser y de tu alma... también lo echo de menos.

domingo, abril 03, 2005

Podría

Podría decir que el reloj no se volcó, y que la arena siguió marcando cada segundo hasta que se consumió el tiempo.

Podría decir que nunca un hasta luego me dolió tanto, que cada paso que daba hacia la calle me pesaba como una piedra gigante atada a mi cintura.

Podría decir que cuando la oscuridad de la noche y del interior de un coche se hizo cómplice, no pude reprimir lágrimas que besaron mi cuello.

Podría decir que nunca jamás tuve tantas ganas de gritar "Quédate conmigo" como en ese instante.

Podría decir que empiezo a contar los días para abrazarte de nuevo, para besarte... para escuchar tu respiración entre mis labios.

Podría decir que lo que siento nunca fue tan de verdad como lo es ahora.

Podría decir que me esperes, que me extrañes, que yo lo haré.

Podría decir muchas cosas pero me conoces lo suficiente para que no tenga que decirte ninguna.