viernes, junio 24, 2005

Ellos

Tendría unos 5 años cuando un 25 de diciembre me desperté pensando en la lista de regalos que había mandado por carta a un señor gordo y con barba blanca, bastante ridiculo con su trajecito rojo y sus renos de nariz colorada.

No recuerdo que juguetes pedía. Sí recuerdo que todas las cartas iban con una posdata enorme en la que exigía de manera airada la paz y la erradicación del hambre en el mundo, supongo que así creía conmover al hombre este y que accedería antes a traer todos mis regalos.

Pero ese día fue distinto, porque cuando me desperté y corrí al salón de mi casa, pasillo adelante... encontré una casita en miniatura. Durante mucho tiempo se convirtió en mi juguete preferido. Luego descubrí que el señor gordo con barba blanca no existía, que aquella casita la compraron mis hermanos con el poco dinero que tenían. Los mismos que vieron como jugaba con ella durante horas, días, meses... los mismo que sonreían al verme sonreir.

De eso hace mucho... demasiado tal vez, las cosas cambian... la gente cambia, los sentimientos cambian. Ellos no. Ellos siguen sonriendo viéndome sonreir.

Y aun me siento como aquella niña que jugaba con la casita de muñecas, mirándoles de reojo apoyados en el quicio de una puerta.



Pdta: Gracias por todo esto, si?
Pdta: Quiero la paz mundial y que se acabe el hambre (lo siento... pero se lo debía a aquella enana de 5 años)

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