viernes, julio 01, 2005

Anoche

Estabamos cerca, mucho. Notaba el calor de tus labios sin tocarlos, tratando de resistir las imperiosas ganas de besarte, de pasear mi lengua por el contorno de tu boca, y atrapar con mis dientes un trocito de ti.

Te beso y me besas. La piel feroz, nublada, confusa... sin permitir la distinción entre tus límites y los mios... y desperté.

Desperte ansiosa, voraz, hambrienta, sedienta, tan intensa que aun me duele la piel de no poderte acariciar.

No hay comentarios: