domingo, julio 03, 2005

Noches

Hay noches en las que el aire quema como el hierro fundido. Astillas de metal clavadas en el pecho, el resto del cuerpo derritiéndose abrumando con su calor al osado que intente abrazarme.

Hay noches frias que hacen desear mil brazos rodeando el tiritar de mi cuerpo, aunque a veces la escarcha recubra algún corazón.

Y hay noches eternas que se hacen cortas, en las que el calor me besa y aun así deseo dedos, labios, piel... derritiéndome, mientras la luz de la mañana me regala una sonrisa.

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