viernes, abril 27, 2007

Quicio

Todas las puertas cerradas. Y los postigos sellados para no caer en la torpeza de abrir alguno a medianoche y que nos usurpe el alma o al menos nos la tome prestada un rato.

Todas las puertas cerradas. Y los pestillos arropando el mar de calma de esta estancia, que no decae el mal por el paso del tiempo, ni la gente que vende humo a los incautos.

Todas las puertas cerradas. Y los perros sueltos ladrando a la luna, o al brillo de los charcos en las miradas, que la piel se araña con hojas de cuchillo afilado y con palabras a destiempo.

Todas las puertas cerradas. Y el quicio de la puerta que me ampara besando la madera que alguna vez nos vio reir.

3 comentarios:

Pepe dijo...

Profundo.... realmente no se que decir...sin palabras

xxx sergio!!!

Anónimo dijo...

No importa: aunque me digan todos que desvarío,
yo te espero en las ondas musicales del río,
en la nube que llega blanca de su trayecto,
en el camino angosto y en el camino recto.

Gaddira dijo...

Sergio: Gracias :) no es tan profundo pero gracias

Anónimo: poesía cubana, gracias seas quien seas por culturizar mi blog, saludos