viernes, abril 20, 2007

Añoranza

Un miedo seco y frio. Autónomo e independiente. Un miedo ácido y corrosivo.

Espalda atada a esta verja que nos abre las puertas del dormitorio. Y manos temblorosas, anudando láminas de hierro a nuestro tiempo, al espacio que nos rodea, al animal que nos araña la vida bajo la piel. No entiendes nada, ni falta que hace.

Sin nombres, sin destinatario, sin salida.

El papel que prende en llamas cada vez que intento escribir. Y la sal de lecho en estas palabras que no son versos ni poesia. Tormentas de ausencia porque no estarás y yo que soy cuando no estás? Soy menos de lo que alguna vez me creí, soy un trozo de piel que siente cuando tú lo rozas y se asfixia cuando te vas.

Quédate en mis labios.

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