martes, mayo 24, 2005

Gota a gota

Se ha pasado una hora dudando entre aceptarle hoy de nuevo, o cambiar de rumbo.

Pensando mientras conducía a través de la carretera mojada, palabras que inventarse para regalárselas. Minutos, en los que una canción tras otra, le martillean insistentemente para que busque lo que en verdad desea, y no se deje arrastrar por la soledad.

No sabe cuanto ha tardado desde que apagó el motor del coche, hasta que se decidió a salir de él.

Al abrir la puerta, la lluvia le cae sobre el pelo su rostro se humedece, y se da cuenta que otra vez ha tomado la decisión equivocada, piensa en volver al coche, sentarse un rato y huir de la situación, como tantas veces ha hecho en los últimos días.

El móvil suena, y por un momento desea arrojarlo al suelo, arrastrando a la vez palabras, caricias y mentiras; no quiere saber nada, sólo dejar que la lluvia resbale por su cuerpo, limpiando su alma gota a gota.

Y gota a gota, se da cuenta que debe reaccionar. Sonríe a la nada, porque entre el bullicio de la gente con la que se encuentra, no reconoce ni un solo rostro, y eso más que apenarla le da la tranquilidad que le otorga la soledad.

Gota a gota, metro a metro, avanza hasta donde sabe que él la espera, y gota a gota, metro a metro, va perdiendo las fuerzas para terminar con algo que ya le agota, antes de empezar.

Cuando llega a la puerta del bar, respira hondo la empuja y camina hacía la mesa en la que él sonríe justo antes de acariciar sus labios con los suyos. Se sienta a su lado, y cuando le acaricia el pelo, se da cuenta que otra vez saldrá de ese bar con él de la mano, que otra vez llegará al coche llena de besos, que otra vez se meterá en la cama recriminándose el no haber terminado con esto, volverá a prometerse que mañana esto no va a ocurrir y volverá a mentir un día tras otro, una sonrisa tras otra, un beso tras otro, ...

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