lunes, mayo 16, 2005

Abrazando mis rodillas

A veces, cuando dejo de aferrarme a esta maldita sonrisa, cuando reconozco que el metal oxida los surcos de mis lágrimas, a veces... me abrazo las rodillas y miro atrás.

Y es en esos momentos en los que me pregunto la verdadera razón de cada acto, de cada palabra, de cada gesto... me recrimino el dolor infringido, las heridas abiertas y me culpo. Me culpo aunque no tenga culpa. Me culpo aunque no haya culpable. Me culpo aunque el culpable me culpe...

Y es en esos momentos en que mis rodillas entierran mi rostro y mi cabello acaricia el suelo, cuando no entiendo nada. Cuando no me entiendo a mí. Cuando me da miedo entenderme. Cuando no entiendo a nadie. Cuando no entiendo las palabras que me regalan ni el sonido de los sentimientos crugir.

Y es en esos momentos en que mi camino se aleja de todos y todo porque ni siquiera encuentro una razón por la que estar aquí.

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