martes, mayo 08, 2007

Retrospectiva

Hoy me cruce con las miradas que ayer se escaparon de mis ojos.

¿Cómo puede uno hacer tanto el ridículo y no darse cuenta de ello? Hoy pensé en lo que pensaba aquellos días, en las manos tendidas a una lluvia que no mojaba, a un sol que no calentaba, a un murmullo que me pasaba de largo inclinándose ante el resto de personas.

El corazón no pesa verdad? Y pesaba. A lo mejor no quería darme cuenta de la inclinación de la balanza y de los ojos cansados. Un hierro absurdo que descompensaba como un yunque lo que debía ser equilibrado y mágico.

Un hierro frustrante y oxidado que asumía mi vida como si fuera un poco más de porquería pegada a ella. No bastaba yo, supongo. No bastan las ganas de soñar para soñar. Ni las mentiras para llenar un corazón que no tiene ganas de latir. Para pasear de la mano hacen falta más que un par de manos distintas, hace falta algo que no se rellena con voluntad y cariño. O eso creo. El resto es sólo piel martilleando otra piel. Es … sólo piel.

Y el alma? Dónde la enclaustramos aquellos días?

1 comentario:

La Garrapata Vegetariana dijo...

Creo que hacer el ridículo es inevitable... al menos para algunas personas... bueno.. al menos para mi