jueves, marzo 15, 2007

Escondida

¿Dónde me escondo?

En la piel, en los ojos de esta absurda ciudad que vende lo que nunca tuvo y regala lo que debió guardar de las miradas ávidas de los que tienen todo. Me escondo en los árboles, sólo en ocasiones especiales, y me deslizo de noche entre los adoquines de alguna calle angosta que me cuenta secretos que no quiero conocer.

En algunos lugares no sé si esconderme o habitarme, pero hay personas que me obligan a huir y buscar otra rendija en la que deslizarme. Me escondo en las manos de quien me quiere esconder, y en los labios que mis labios trenzan. En el cuerpo caliente de la noche que me amanece, y en el cristal de sus ojos cuando me encuentran.

Me escondo en las palabras que me hacen real, en los versos ajenos y en los que torpemente escribo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribes de puta madre. Perdón por la expresión, pero es cierto. No digas que escribes torpemente. Llevas escribiendo con calidad y constancia toda tu vida, así que concédete el beneficio de la duda y no seas tan humilde, por Dios. Tampoco es cuestión de que se te suba a la cabeza, aunque sepas que al final esto de la escritura se reduzca a efectismos y permutaciones. Se trata de que aún te entusiasma la vida. Se trata de que aún eres capaz de agarrar el presente por los huevos, y eso es genial.

Ojala Itaca siempre viva para ti.

Un abrazo.

Memnoch dijo...

Dejame encontrarte entre versos camuflada, para rodearte con estrofas cálidas que te cobijen, dulces y cariñosas.
Y deborar con mis ojos las palabras que dibujan tus labios, pintados de rojo carmín, cual pincel que enciende las pasiones de los que te leemos.
Petonets maca