lunes, febrero 19, 2007

Flores secas

A veces se escapa de la cama a media noche a pasear por alguna calle abarratoda de gente, con un ramillete de flores secas sin importarle que las hojas se caigan marcando el camino de vuelta.

No hay más que ella. No hay coches, ni trozos de cristales de botellas vacías, ni gritos, ni más alma que la suya. Dejó de respirar hace tiempo, de verse en los espejos, de escucharse reír de madrugada, ya no hay besos en los bolsillos ni recuerdos en la guantera. Tropieza con algún cadáver de vez en cuando, lo pisa sin cuidado y continúa con su paseo nocturno. No mira al cruzar las calles y atraviesa los coches que intentan destrozar las manchas de humedad del asfalto. Hoy llueve. Hace viento. El ramillete esta casi vacío, alguna hoja y una flor que intenta caer pero aun no puede. Los ojos de algún gato moribundo en un callejón tal vez.

A veces se muere y otras veces sin embargo…

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