martes, febrero 22, 2005

Ordalía

La miró a los ojos y destapó su furia entre dentelladas profundas, en aquel cuerpo desnudo y fragil que momentos antes había besado.

Pisó los brazos sintiendo el dulce sonido de los huesos al romperse, mientras los gritos de dolor y auxilio se empezaron a confundir con sus propios gruñidos.

Golpeó el pecho hasta que la sangre manchó sus nudillos... y con esa sangre dibujó el contorno de los labios que ahora entreabiertos rogaban compasión.

Apretó el cuello blanquecino que tantas veces acarició... lo apretó tanto que aquellos ojos se perdieron por siempre.

La miró así inerte, golpeada, herida, muerta... tan hermosa como siempre.

Y sonrió llevando sus labios a la sangre que brotaba del pecho aun caliente, bebiendo durante minutos de la esencia misma de la persona que amaba.

Con los ojos clavados en la mirada vacía... levantó su boca manchada, esperando, necesitando, pidiendo, implorando...

"Si es verdad que me amas... levántate ahora"

No hay comentarios: