lunes, abril 25, 2011

Huída

Los pies se anudan, luego las manos y el alma vaga por las calles como si no tuviera ningún rincón en el que cobijarse.
La sal, las palabras... las miradas extrañas, que torpes se estremecen entre las arrugas de los días que ya no regresarán. Ni vencejos, ni golondrinas que nos esperen en la calidez de las marismas. Ni sueños ni mentiras en las que creernos al crecer. Y la suerte pródiga como los vientos de mi tierra, que vuelven a golpearnos rítmicamente la sien.
Y los años que como un manto de polvo nos sepultan en esquinas independientes, que nos voltean el rostro buscando ausencia. Los dientes apretados, mascullando canciones tristes, ronroneando entre la soledad del amanecer. Y los pies vagabundos que se anudan entre los callejones vencidos, buscando el alma que se le escapó.

2 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

llegue a tu blog de casualidad, casi como todas las buenas cosas llegan...
me gusto mucho tu forma de escrivir y no puedo evitar identificarme con ella, quisas por la forma en la que incluyes al leer o por la manera en que proyectas el momento...
de todas formas gracias.
cariños.