jueves, enero 11, 2007

Privación

Suave, muy suave sin dejar de ser. Prívame de tus manos, de ti, prívame de tus ojos, de tu sexo, de tu sal y del ácido con el que riegas las baldosas de esta calle. No entiendo de amor ni de paz, no entiendo de agua ni de sed, ni siquiera entiendo de palabras y aun así te las incrusto en la espalda. Pierdo otra vez. Pierdo de nuevo. Y no tengo miedo ni autoestima, y no tengo muescas en ninguna pistola de fogueo. Por no tener no tengo ni ganas de tener ganas, y no olvido que para eso estan las marcas de mis labios, para eso tengo la sal y las heridas, para eso los peldaños que me conducían aunque falten puertas y rellanos. Y otra noche más en la que la luna pesa menos que la ventana desde la que te busco.

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