martes, septiembre 20, 2005

Gioconda

Sonrió a su manera, como la Gioconda... sonriendo sin querer sonreir.

Levantó la mirada del suelo, con la que iba contando sus pasos... y le vio. Cerca y lejos.

No quiso besarle porque ya era tarde para tener labios. No quiso escucharle porque era demasiado temprano para tener oidos. No quiso tocarle porque su piel no le interesó. No quiso olerle porque no sabía olvidar un aroma y él merecía ser olvidado. No quiso amarle porque su corazón empezó a consumirse.

Y aun se consume.

No hay comentarios: