Recuerdo sus labios entreabriendo los mios, dejando su sabor en mi lengua hambrienta de él.
Recuerdo la noche helada.
Recuerdo sus manos perdiendose por mi espalda erizando mi piel, descendiendo por las curvas de mi cuerpo hasta tatuarme por completo su olor.
Recuerdo el sonido de su piel al tocar la mia.
Recuerdo su calor rodeándome, invadiéndome lentamente hasta hacer que mi cuerpo solo entendiera, escuchara y gritara su nombre.
Recuerdo su respiración mientras le besaba.
Y sólo fue un sueño... intenso, tan intenso como su voz, su mirada y sus palabras... pero un sueño.
Aun mi piel grita su nombre... eso también lo recuerdo.
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