Se acaba el año. Escapa rápido, tan rápido como llegó. Reconozco que a veces me gustaría que el tiempo se disipara antes. Que los segundos engulleran a los minutos, que los minutos masticaran las horas, que las horas absorvieran los días, y los días devoraran las semanas y los meses.
Prisa... no, creo que es de los pocos momentos en mi vida en los que no tengo prisa. Tal vez la impaciencia aun es reacia a abandonar mi piel, pero no me hace volar de un lado a otro sin saber que buscar.
Será que sé que quiero... será que sólo es cuestión de tiempo y mi impaciencia lo sabe.
El 2004 se va... y yo quiero que se vaya.
Este año levantaré mi copa con una sonrisa especial.
Este año me derramaré sin pensar a quien mancho.
Este año seré más yo que nunca.
No es una promesa... no es un proposito... es mi realidad.
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