Hoy llovió. Dejé el coche y empecé a caminar... toda la acera estaba repleta de hojas amarillas que con el viento se levantaban y formaban un paisaje excesivamente bonito.
Hacía frío, me encogí dentro del abrigo y seguí caminando. Las personas en silencio vagaban alrededor mio como las espirales de hojas secas.
Me sentí triste, tal vez porque necesitaba sentirme arrastrada por el viento y no conseguia que mis pies se despegaran del suelo... tal vez porque no todo es como quiero que sea... tal vez porque las cosas se complican sin que pueda evitarlo... tal vez porque el día invitaba a la tristeza...
La tristeza siempre me pareció hermosa, envuelta en su túnica ocre con un mechón de pelo cayendo sobre su rostro... hoy la tristeza me invitó a pasear y aun creo que sigo caminando de su mano.
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