Lucía tiene ganas de que se acabe el día, que las horas se deslicen como los relojes de Dalí, derritiéndose por cada esquina que la monotonía recorre.
Lucía llega a su apartamento, arroja las llaves contra la mesa y se saca los zapatos de tacón... tirándolos lejos, mientras sonrie maliciosamente. Deja caer su cuerpo sobre el sillón cerrando los ojos y dejando que sus manos rocen el suelo ligeramente... esta frío. Le gusta.
Lucía estira el brazo... todo lo que puede para lograr acercarse al mando a distancia de la cadena de música... la enciende, y vuelve a cerrar los ojos. El equipo, empieza a reaccionar alternando canciones de los cds que tiene cargados.
Lucía se obliga a levantarse, y va despojándose de cada prenda que la cubre... hasta encontrarse desnuda ante el espejo del baño. Se mira... se descubre nueva cada dia, y en cambio siempre es todo tan parecido. Deja que el agua la golpee, le encanta la sensación del agua en su cara y bajando por su cuerpo.
Lucía busca la toalla sin mirar desde la ducha... no la encuentra, estira la mano... no está. Abre la cortina y comienza a andar hasta su dormitorio, marcando sus pasos mojados en el suelo. Lia la toalla alrededor de su cuerpo... y se deja caer de nuevo en el sillón. Escucha la cerradura... pasos, su presencia junto a su cuerpo sin decir nada, sus labios... vuelve a sonreir.
Lucia despierta cuando el equipo de musica cambia de disco,abre los ojos... no está, esta sola... deja de sonreir.
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