lunes, agosto 02, 2004

Escondida

Algunos días antes de abrir los ojos, sé lo que va a ocurrir. Días en los que mi mirada pierde parte de su fuerza, tal vez eclipsada por la noche; noche nutrida de sueños y sueños nutridos de lágrimas.

Esos días, me refugio de mí misma dentro de una caja, fabricada con mi autocompasión y tristeza, donde casi nadie puede alcanzar a distinguir mis ojos entre la nube de dolor que los recubre. Intento acercarme al lugar en el que me hago fuerte, esquivando las caricias de las personas que tienen la capacidad de hacerme daño; resguardarme de las miradas que me desarman y dejan sumida, enterrada, aniquilada entre las dudas y el miedo.

No hay comentarios: