No soporto los atascos de tráfico. Hoy me gustó.
Estaba en el coche con la mirada fija en la casa con huerta que quedaba a la derecha de mi coche, y de fondo la voz susurrante de Ismael cantando a las madres de mayo. Todo invitaba a navegar un instante hacia el pasado.
En la huerta, un anciano de pelo cano y con bastón lleva de la mano a una niña de unos 4 años... ahí me vi.
Me acordé de cuando yo era esa niña, pisoteando las fresas que mi abuelo plantaba y a las que nadie podía acercarse.
Me acordé de los momentos en que no tenía esta mezcla de sensaciones, que a veces me enloquece...
... y sobre todo, recordé aquel instante en el que la necesidad de ser fuerte, no me hacía tan debil como soy ahora.
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