No quiero más mentiras que me acaricien el vientre. Ni palabras que enternezcan la ausencia. Esta ausencia que de ausencia me mata. Esta ausencia que convierte en agua toda copa de vino, que quema la ternura de tus manos en mis caderas. Esta ausencia que me cierra los ojos inertes, que despega de mi piel la pasión, que se clava en mi alma y la vuelve yerma como mi cuerpo. Cuerpo que tirita ausente de su propia ausencia.
No quiero seguir engañándome con palabras bonitas ni con esperanzas vanas.
Hoy se me secan las ganas de sonreír.
2 comentarios:
Vuelvo a leerte luego de años... que hermosas tus palabras y yo tan alejado de este universo de signos y significados... Soy guillermo de Argentina, tenia el blog: Antipoemas.
Menos ausencia y más presencia ... please!
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