Ni manzana de oro, ni dioses ni villanos. Ni guerras forzadas por la desidia y el deseo. Ni princesas lánguidas que roban corazones.
Sólo quiero besar la tierra que me da la paz que ansío. Atropellarme la vida con la tuya, y que cuando no queden fuerzas... juzgues si soy o no soy la más bella de tu cama.
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