Los muros de cristal me absorven, me debilitan.
No sé si es el calor o las ganas de romperme el cuerpo contra esta cárcel sin barrotes.
Quiero volar y mis alas se derriten con solo tocar mi espalda.
No me quedan manos con las que recomponerlas. Las confiscaron anoche en un sueño mientras soñaba con dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario