Cada vez que escucho esta canción, no puedo evitar cantarla. Me gusta, me gusta en la voz de Sabina, me gusta en mi voz... me gusta.
Os la presto un ratito, pero luego me la devolveis que la necesito para seguir dibujándome la sonrisa.
Siete crisantemos (Joaquín Sabina)
Si alguna vez he dado mas de lo que tengo
me han dado algunas veces mas de lo que doy,
se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo
y puede que no exista el sitio a donde voy.
A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado
del calor de la lumbre del hogar me aburrí,
tambien en el infierno llueve sobre mojado,
lo sé porque he pasado más de una noche alli.
En busca de las siete llaves del misterio,
siete versos tristes para una canción,
siete crisantemos en el cementerio,
siete negros signos de interrogación.
En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas
y muchas golondrinas huyen de la ciudad,
el asesino sabe mas de amor que el poeta
y el cielo cada vez esta más lejos del mar.
Lo bueno de los años es que curan heridas,
lo malo de los besos es que crean adicción;
ayer quiso matarme la mujer de mi vida
apretaba el gatillo... cuando se despertó.
Con siete espinas de la flor del adulterio,
siete carreteras delante de mi,
siete crisantemos en el cementerio,
siete veces no... siete veces si.
Me enamoro de todo,
me conformo con nada;
un aroma, un abrazo, un pedazo de pan
y lo que buenamente me den por la Balada
de la Vida Privada... de Fulano de Tal.
Siete crisantemos en el cementerio,
siete despedidas en una estación,
siete crisantemos en el cementerio,
siete cardenales... en el corazón.
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