Hubo dias en los que tuve luz aunque nadie la viera.
Y la luz era fuerte, propia, mía...
Hubo días en los que tuve luz y la gente la vio.
Y la luz seguía siendo fuerte, propia, mía aunque pareciera ajena.
Hubo días en los que fui más mía que nunca y la luz brillaba con fuerza.
Y era mía aunque los demás juraran que no lo era.
Hubo días en los que fui mía, y fuerte pero la luz no lo era.
Y parecía mía, pero me alimentaba de la luz que robaba a los demás.
Hubo días en los que ni yo fui mía ni tuve luz.
Y me apagué.
Hubo días en los que fui mía y ajena y la luz despertó.
Y la luz renacía a costa de mi fuerza.
Hubo días en los que mi luz y yo no supimos ser.
Y la luz no era suficiente para dar calor.
Hubo días en los que mi luz era más fuerte que yo.
Y me quemé.
Hubo días en los que me desperté con más luz y siendo mía, muy propia y algo ajena.
Y no supe ni siquiera que lo era.
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